Recopilaciones varias. Hitskin_logo Hitskin.com

Esto es una previsualización de un tema de Hitskin.com
Instalar el estiloVolver a la ficha del tema.

Take Me Away
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
Recopilaciones varias. Imagenbienvenidos
Conectarse

Recuperar mi contraseña

¿Quién está en línea?
En total hay 46 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 46 Invitados

Ninguno

[ Ver toda la lista ]


El record de usuarios en línea fue de 111 durante el Mar Ago 13, 2019 7:50 am
Buscar
 
 

Resultados por:
 


Rechercher Búsqueda avanzada

Staff General
Recopilaciones varias. Nuevostaff
Foro Hermano !
Recopilaciones varias. 14857476
Últimos temas
» 3º Generación, Internado Mohinder Suresh, escuela de Heroes - Afiliacion Elite {Recien abierto}
Recopilaciones varias. EmptyVie Mar 04, 2011 3:25 am por Invitado

» The marauders Rol
Recopilaciones varias. EmptyMiér Mar 02, 2011 4:23 pm por Invitado

» The Last Breathe [Normal] ¡Recién abierto!
Recopilaciones varias. EmptyDom Feb 27, 2011 6:27 pm por Invitado

» The Volturi Kingdom {Normal}
Recopilaciones varias. EmptyDom Feb 27, 2011 4:41 am por Invitado

» Vecordia's Mental Hospital {Normal}
Recopilaciones varias. EmptyMiér Feb 23, 2011 3:50 am por Invitado

» Crónicas de Daira{Afiliación Elite} FORO NUEVO! SE REQUIEREN USUARIOS
Recopilaciones varias. EmptyMar Feb 22, 2011 11:35 pm por Invitado

» Confesionario
Recopilaciones varias. EmptyLun Feb 21, 2011 4:52 am por Lyssander Scamander

» El último post gana
Recopilaciones varias. EmptyLun Feb 21, 2011 4:41 am por Lyssander Scamander

» del 100 al 0
Recopilaciones varias. EmptyLun Feb 21, 2011 4:39 am por Lyssander Scamander

Noviembre 2024
LunMarMiérJueVieSábDom
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
252627282930 

Calendario Calendario

Recopilaciones varias. Botontma
Código:
[url=http://takemeaway.all-up.com][img]http://i950.photobucket.com/albums/ad342/SaphiraMalfoy/botontma.jpg[/img][/url]
Una vez que sean afiliados el post de la afiliación será borrado.
Recopilaciones varias. Imgafiliados

Recopilaciones varias.

Ir abajo

Recopilaciones varias. Empty Recopilaciones varias.

Mensaje por Invitado Jue Ene 13, 2011 12:51 am

La última rosa de Amor

El vago recuerdo de aquella primera gota de lluvia se instaló en su mente. Observó nítidamente como su portal hacia la realidad comenzaba a volverse lo más borroso posible y en su fuero interno sentenció a la fuerte tormenta como culpable por ocultarle entre pequeños cristales de cielo la majestuosidad del mundo bajo sus pies.
Pudo notar un leve aroma a lavanda mientras seguía con la mirada fija en algún punto de su inmenso jardín; los relámpagos se observaban con claridad en aquella inmensa y difuminada oscuridad a pesar de que las pequeñas gotas de lluvia, con un gesto tozudo, se empecinaran en lo contrario.
El tono grisáceo de las nubes la hizo sentirse algo nostálgica, quizás aquel vago olor a tierra que despertaba la suave brisa en su interior pudo ayudarla a sentirse de tal manera.
Posó con firmeza sus manos en la áspera barandilla de su balcón y buscó un rayo de luz entre tanta braveza, pero ni siquiera fue capaz de encontrar un atisbo de luminosidad, la noche caía cerrada sobre su dorado cabello, de nada valía seguir buscando tal cosa en un momento como aquel.
¿Podía ser posible que ya nunca volviera a ver la luz del sol? Notó por un instante el calor de este rozándole las mejillas, como cada amanecer antes de que él se fuera, mas solo fue su tan vasta imaginación, un vago recuerdo de lo que aquella refulgente bola de fuego había sido, ¿De verdad podía ser posible que jamás volviera a sentir su tibia caricia en sus dorados cabellos o sobre sus níveas manos? Así lo pensó en aquel momento.
Llevaba doce días lloviendo y las gélidas gotas de cielo comenzaban a inundar su tan bien cuidado jardín, mas poco le importaba que su gran palacio se bañara en tristeza, al fin y al cabo la lluvia era signo de pureza, todo lo bautizaba.
Extendió su brazo y notó el suave contacto de la lluvia al caer sobre su fina piel, quizás también la purificara a ella e hiciera que todas sus preocupaciones se fueran balcón abajo, pero ella sabía que aquello no era suficiente.
Lo encontraba todo tan vacío desde su partida…justo en aquel momento recordaba que había comenzado a caer aquel baño del cielo y no había parado hasta entonces. Se pasó por su mente aquella rosa carmesí y aquella nota escrita con mimada caligrafía sobre papiro egipcio, ojalá hubiera podido compartir aquella experiencia con su amado, tan sólo aquella.
Volvió sobre sus pasos y se retiró a su alcoba para luego cerrar la ventana con pesadez, notando húmedos sus zapatos y el frío piso de mármol blanco sobre el que caminaba en aquellos momentos.
Alzó la mirada; por más que lo deseara él no volvería hasta que la Luna volviera a resplandecer en el cielo como una esfera plateada, ahora iluminando su pálida piel y manchando su solitaria habitación con la sombra de la lluvia al caer.
Se dio la vuelta con parsimonia para observar su mesilla del té una vez más, con las manos entrelazadas sobre la falda de su vestido rosado, presente de Elliot en el día de su pedida de mano. Contempló entonces el bello anillo de pedida en su dedo corazón ,colmado por un brillante tasado en una suma de dinero más que inimaginable para oídos de cualquiera ,contra todo pronóstico ,se sentía desdichada de llevarlo puesto.
Lo acercó a sus temblorosos y carnosos labios y depositó en él un suave beso signo de que echaba demasiado en falta a quien se lo había ofrecido, no podía más que echarle de menos aún así.
Volvió de nuevo la mirada hacia la mesilla, quizás si volviera a leer la nota se sintiera más cercana a él de alguna manera. Y se acercó a ella para sentarse una vez más a la espera de su llegada ,bien sabía que eso no le devolvería a su amado ,pero se sentía levemente feliz al recordarle ,al notar el suave perfume a almizcle que contenía la nota ,le notaba a su lado ,sonriendo como la primera vez.
Observó la rosa marchita al lado del trocito de papel, así acabarían los dos al fin y al cabo. Tomó la nota sobre sus finos dedos y con pequeñas lágrimas perladas se dispuso a releerla una vez más.
‘Reina de mi mundo, bien sabes que me duele en el alma separarme de ti, de no volver a observar tus delicadas facciones hasta que la Luna vuelva a refulgir completa en el firmamento.
Mas tu recuerdo me será suficiente para enfrentarme a lo que me venga por delante y tu sonrisa será mi más preciado bien allí donde esté.
No dudes que volveremos a vernos, después de todo hemos pasado penurias para poder estar juntos. No derrames ni una sola lágrima por mí, te lo pido de rodillas querida mía.’
La nota se fue llenando de sus lágrimas una vez más ,la escritura casi era ilegible debido a las gotas aperladas , secas, que habían corrido la tinta de la pluma del joven ,no rompería en llanto si no supiera a donde el muchacho se dirigía ,a la misma muerte por así decirlo.
Había comprendido luego de su marcha por qué le había dado aquella rosa carmesí en la tarde y la había abrazado desolado, mientras ella casi hubiera podido jurar que sus orbes esmeraldas se empañaban de lágrimas. En el fondo le comprendía, quién tendría el valor de decirle al ser amado que se dirigía a la propia muerte.
Se sentía aliviada de que el matrimonio se celebrara en la fecha de su vuelta, justamente por ello tan solo estaba en aquel horrible lugar un mes. Sabía que cuando él volviera se aferraría a su cuello y no le dejaría partir nunca más por nada del mundo, era lo único que tenía después de la muerte de sus padres y no permitiría que la volvieran a dejar sola, si él pereciera ella también prefería la muerte.
‘Señorita, el Señor ha partido a la guerra…’ aún recordaba las palabras de su criada y se sentía agradecida de que su futuro esposo fuera la mano derecha del rey y tuviera privilegios. Aún así sintió profunda pena por los demás hombres y mujeres, podría haber sido la última vez que se vieran.
Ella era buena persona, acogía a niños sin casa en su palacio, le daba comida a la gente pobre del pueblo y hacía que su médico curara a los enfermos, por ello su futuro marido estaba orgulloso de ella, ya que apenas tenía dieciséis años y era tan madura como cualquier persona adulta.
-Elliot…-susurró al aire mientras rompía en un llanto mucho más fuerte y amargo, sólo el murmullo de la lluvia al morir la acompañaba en su soledad-.

Para ella {Inspirado en describir un personaje mío de un rol}

Ojalá la hubieras conocido. Sí, tú, el que no creía en que pudiera existir alguien así. Porque, créeme, es absolutamente imposible que no te maravillaras al conocerla, ni el más frío de todos los que habitamos este mundo podría.
No son solo sus orbes almendrados de otoño, de azúcar tostado, los mismos que relucen en verdoso candor a cada instante, los mismos que fijan su atención con templado azabache en su interior mientras esas inquietas pestañas suyas flamean acaneladas. No son solo sus labios de ninfa griega, rosados y carnosos a la par que las cerezas en época estival, porque ella es todas las estaciones en una misma persona. No es solo su nariz, equilibrio casi perfecto en su rostro que hace que su mirar sea aún más profundo, de un tacto suave y deleitable. No es solo su tez, la que con su leve tono tostado, caramelo, inquieta a todo hombre que pueda contemplarla. Es su sonrisa, ¡Oh, su sonrisa! Ese diáfano y límpido teclado que guarda el momento preciso y perfecto para hacer su aparición con melodiosas sinfonías, ese presente casi divino que te hace sentir importante con tan solo presenciarlo, ese silencioso momento que, contagiosamente, también te hace sonreír a ti.
Y su cabello, cobrizo al igual que la tierra en los campos al amanecer, refrescante como el rocío y ondeante como la brisa a la vera del mar. Tan hermoso que casi no se puede refrenar la tentación de palparlo con la yema de los dedos y corroborar lo que de seguro es cierto. Tú, que pensabas que mis incrédulos ojos nunca podrían presenciar algo así.

¿Y sabes lo que me contesta ella cuando le digo que me encanta? Me dice que es tan imperfecta que no puede ser cierto lo que le digo; y yo, la miro con fijeza a esos ojillos de otoño y me pierdo en ellos, para contestarle una vez más “Me encantas.”. Porque no hay más cielo que el de sus fotos.

Ojalá la hubieras escuchado. Sí, tú, el que no creía que pudiera existir alguien con tanta facilidad en la palabra. Porque, créeme, es rotunda y abrumadoramente imposible que no te enamoraras de su voz, tan clara, tan dulce, tan sincera; de esas palabras que crecen como rosas en tus oídos y que hacen que tu corazón palpite con fuerza. Esas que infunden tanta confianza, ánimo, empatía y cariño; no hace falta que ella te abrace para percibir la tibieza de sus palabras y el abrigo de sus silencios. Tan alegre que darías tu vida por verla ser feliz. ¡Porque es tan concluyentemente cándida! Nunca ví persona con más madurez que ella, jamás alguien tan responsable. Un cuento de aquellos que nos contaron a todos alguna vez, un sueño entre el “Érase una vez” y el “Vivieron Felices.”

¿Y sabes lo que me contesta cuando le digo que nunca cambie? Me dice que no merece mis palabras y me sonríe, y la miro, miro su sonrisa y esta me contagia. “Nunca cambies.” Le repito y ella me abriga con su silencio. Quizás, por estas pequeñas cosas, es por lo que la quiero más día a día.
¿Sabes? En efecto, ojalá la hubieras conocido.

La Soledad

Soledad como instrumento necesario para interiorizarnos, para ponernos ante el espejo íntimo y revisarnos por dentro a buen resguardo alejados de los ruidos y trasiego humanos que interfieren y emborran esa mirada necesaria y esencial. Soledad para el trabajo creativo como acto de reflexión y concentración que invita a la investigación personal, a la búsqueda de respuestas: quienes somos, dónde estamos, qué hacemos, por qué gozamos o sufrimos, hacia dónde vamos… Las eternas preguntas desde que el hombre es hombre. En soledad comprobamos qué nos duele, qué nos hace felices, si estamos en mal o buen momento, si cantamos, reímos o lloramos, si nos hallamos conformes o inquietos… Y tratamos de situarnos. Todas las sensaciones aparecen más agudas e intensas en los momentos que dedicamos a la soledad, o ésta se dedica a nosotros, que nunca está muy delimitada la línea que separa lo uno de lo otro. Ahí comienza un acto de acoso a la interrogación, a esas preguntas que parecen cercanos continuamente, y a las que debemos ir poniendo respuesta y solución, captando ésta en reflexión constante mientras se hurga en los secretos de la temporalidad. Permaneciendo en silencio el alma vuelve sobre sí permitiendo que nuestro ente interior surja a la superficie desde la realidad profunda, aflore tranquilamente o en desasosiego, en desespero o preocupación nebulosa -dependiendo siempre de la etapa que vivamos-, a la que tendremos que seguir despejando. El aislamiento tiene tantos matices como intensidades y capacidad tiene el hombre para sufrir o gozar, para vibrar o serenarse. El hecho de reconocer la voz interna invoca el consuelo que ésta pueda darnos. Oír esa voz a veces susurro, a veces grito, a veces calma, otras temor o lamento, nos confiere cierta orientación desde la aparente ofuscación o claridad necesarias para situar –en fuga permanente- los inmediatos pasos posteriores.

Esos instantes de retiro, silencio y alejamiento de lo “otro”, alimentan el alma en su lucha por salvaguardar nuestro viaje interior y proyectarlo al exterior, a los momentos de compartir.
En la soledad –esa especie de santuario íntimo, principio de identidad o recogimiento- encontramos entereza seguramente anidada en los huecos de nuestra mente o nuestra alma según queramos considerarlo. Así podemos lanzarnos a crear, escribir o pensar, desbordando energías y sentimientos inaprensibles comenzando a comprender o intuir que todo puede estar bien; a sacar enseñanza del dolor; a sentir la realidad con claridad y ver la luz iluminándonos poco a poco; a salir del pozo profundo si hemos caído en él en un acto necesario, catarsis, limpieza, vacío, eliminación de costras y sedimentos que empañan a veces ese reverbero o ámbito interior. Sólo en nuestros momentos de silencio podemos escuchar la voz que con aliento nos anima a continuar, no solos, sino impulsados a quienes nos rodean con renovados bríos. En el retiro encontramos nuestra cordura cuando el mundo que nos circunda parece enloquecer sin remedio: retraimiento necesario.

Retornar al interior –atmósfera de soledad- es y se hace ineludible porque a veces lo patente queda oculto. Estar entre el dentro y el fuera, hallar esos pequeños o grandes momentos en el día a día, buscar descanso y paz en esa indagación e introspección por descubrirnos, por sentirnos en paz o intentar hallarla, por saber qué momento nos asiste, y así seguir proyectándonos en armonía con los otros. Y, desde esa especie de vacío sublimar, con nosotros mismos.






Invitado
Invitado


Volver arriba Ir abajo

Volver arriba


 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.